16. P.U.L.P. UNPLUGGED


La gran compuerta se abre trabajosamente. La tiniebla traga gran parte del salón, donde la Entelequia 1 permanece saliente del gran muro de más de veinte metros. Es como de esos viejos armatostes que calculaban trayectorias de misiles en la vieja guerra fría; pero ésta es poderosa, inteligente y veloz. En el techo del formidable laboratorio, un hueco enorme, como si una nave se hubiera estrellado. La abertura es la misma en el siguiente techo, multiplicada, como si un pequeño cohete hubiera despegado de forma vertical desde el sótano de un edificio de apartamentos. Bacon se percata que ha huido, que el Dispositivo que alimentaba la base de datos de P.U.L.P. se ha despertado de un letargo desconocido.

El viejo científico, angustiado, envuelto en aquella túnica carcomida de templario, se acerca de inmediato a auxiliar a la P.U.L.P., su primer molde, nacida de las figuraciones aritméticas y virtuales de la Entelequia 1. Yace, como un maniquí, como un juguete abandonado, inmóvil y grisáceo.

—¡ P.U.L.P., P.U.L.P.!, ¿qué ha sucedido aquí? ¿pero qué te ha pasado? —exclama el viejo científico, como si pudiera obtener respuesta de un tostador.

La Entidad encontrada en los códigos del Dypilon ha huido. Según los datos obtenidos, el Dispositivo se alimentó de la energía cuántica de la P.U.L.P. No sólo eso, pues también hurtó la base de datos de la P.U.L.P. y por tanto sus mismos comandos —le informa la Entelequia 1, con voz robótica.

—¿Cuánto tardará en cargarse la P.U.L.P., Entelequia 1?

—Algunas terminales han sufrido daño por el ataque del Dispositivo, así que podré cargar a la P.U.L.P. en un tiempo largo, asumiendo que junto a ello tendré que cargar de nuevo su base de datos.

Bacon medita sobre sus opciones. No le queda más que esperar para poder detener a la máquina enloquecida. Sabía que la P.U.L.P. podía hacer el trabajo de contenerla. Aunque consideró la posibilidad de acudir a su huésped, antes de que su hermosa ciudadela sufriera más daños. Piensa en arremeter con todas sus tropas, pero eso causaría bastantes bajas e indudablemente una destrucción masiva si actúa de forma deliberada.

—Entelequia 1 —gritó Bacon—, no sólo hagas eso, nutre de los datos necesarios a la P.U.L.P. para que encuentre, atrape y desactive al Dispositivo fugado… además, haz de inocularle en su sistema bio primario las muestra de sangre extraídas de la prisionera… eso quiere decir, que deberás activar su corazón biomecánico.

—Pero Maestro, eso es muy arriesgado, no sabemos cómo podría reaccionar la P.U.L.P. ante tal experimento. Me tomo la molestia de recodarle que aún no hemos probado la sustancia sanguínea con el molde. En todo caso, pido permiso para realizar los ajustes necesarios y no ser responsable de las fallas.

Bacon medita en la oscuridad de su consciencia la decisión final.

—Tienes permiso de proceder, Entelequia 1… por lo pronto, retira los seguros de las compuertas de las mazmorras, iré por nuestro huésped.

—Sí, amo.

La máquina central conecta unos cables que parecen tentáculos en la cabeza del monstruoso molde llamado P.U.L.P. Era una pieza sólida de la ingeniería robótica de punta, con un sistema biomecánico debajo de la coraza de metal gris. Constituía un émulo del interior del cuerpo humano. Nervios y arterias vacías, pero que serían llenadas con sangre humana para activar la doble potencia del robot más tétrico creado por Bacon. La información fluía, bites, megas, gigas e hipergigas.

Bacon abandona la sala y se dirige a una salida que conecta directamente con la mazmorra de los prisioneros. Sigue un túnel inclinado hacia el subsuelo que desciende en espiral, aunque el caminante apenas percibe en su andar la forma de aquella desembocadura. Mientras los archivos que se cargan en los sistemas de la P.U.L.P. hacen que un zumbido frágil llenos de la soledad

Posted at en 4:35 on viernes, 11 de diciembre de 2009 by Publicado por Gametech | 0 comentarios | Filed under: