Capítulo 1, La Luna


01. La naturaleza contraria del devenir


El tiempo: una línea recta, principio y fin, unidos de extremo a extremo; no, te fijas, no puede ser así: entonces una maraña, como las quebradizas que se expanden sobre un vidrio roto, desde el centro, big bang, desde ahí surgen en distintas direcciones, curvas y torcidas, simultáneamente; incluso, te das cuenta, concebido así, hay una conexión centrípeta; tú quieres imaginar un plano en donde los puntos estén dispersos, como los granos de un mandala desbaratado; una partícula flotante por allá, otra allá, y otra más allá, sin tocarse, independientes, como si pasado, presente y futuro estuvieran siendo al unísono; pero el espacio, sí, incluso el espacio los conecta y los perturba. No se pueden imaginar cosas sin espacio, pero sí un espacio sin objetos.

La carta amarilla vibrante entre tus dedos. La misma mesera limpiando la bebida desfondada. Un sujeto permanece en la barra de la cafetería, como una estatua. Extraño, porque su porte de alcurnia no es para andar en aquella taberna light. Su gabardina, costosísima, y esos zapatos de piel de tortuga. Sorbo de café lento, sopesando las calles de la metrópolis, grises bajo la masa aburrida del cigarrillo acabado.

“Querido señor Muñoz, le mando un boleto de viaje y dinero como adelanto de su pago. Necesito su presencia en Atenas. Suyo, su amigo A.C.D.”, el truco barato del dinero y el detective pobretón, en banca rota. Eso pensaría cualquiera, pero la foto polaroid es inquietante. Una vasija con inscripciones jónicas. “Me hubiera dedicado a la abogacía”, se reprochaba Muñoz, mientras se llevaba el segundo cigarrillo a la boca. Sus labios torcidos, desubicados ante tales patrañas.

Te percatas que tiene un aire a acaudalado, de esos millonarios locos que te contratan para conseguir ciertas rarezas arqueológicas. Te recuerda tu último fracaso: el cáliz de Hitler. Si, si tan sólo tuvieras la certeza de que existe. “Hay documentos que hablan, pero son puros chiflados los que lo han admitido”, te tranquilizas. Ya es hora de ir renunciando a tus deseos. Así terminan todas las historias, menos las infantiles, con un sujeto reprimido y resignado. Así eres tú. “También las infantiles”, murmuras.

Imaginas que ese hombre del gabán elegante se volverá hacia a ti y que no tendrá rasgos. Plano, así sin marcas genéticas, bueno, más bien con la singularidad de no tener nada, enfático por ello. Intentas reconocer su cara, pero esa nuca cubierta por aquel sombrero innecesario de mafioso no te ayuda. Si siguiéramos la lógica de un universo de vías simultáneas, no bifurcado, por debajo de la débil hoja de lo que es, correría la manifestación de lo contrario. Si, el doble funesto, la contrapartícula. “Si se juntan, ocurre una explosión”, te dices.

Quizás debieras tomarle la palabra a quien se dice ser tu amigo, al tal A.C.D. Vamos, aún no estás acabado. Quizás la intriga de esa aparente acertijo de la vasija o vaso griego te lleve a otros receptáculos, a otras concavidades y quizás hitlerianas. Además, serán más vacaciones que trabajo: piensa bien, un montón de anticuaros y arqueólogos adinerados, discutiendo el origen de aquel vaso y preguntándote por documentos que avalen la existencia de otros parecidos a éste. Pero si eres amargado, como sé que lo eres, entonces imagina que esas fotos son la única pista de un robo y que te asignarán otro caso parecido al del jarro nazi, y quizá tengas que ir a investigar a algún paraje exótico, tipo Serbia o Beirut.

La chica pelirroja se aleja con los utensilios de limpieza, después de limpiar la sustancia derramada por el desafortunado accidente. De seguro la culparán a ella y no al íntimo deterioro que el tiempo conjura. Música de piano, de pronto. El dueño se cree intelectual, de seguro. Fantaseas: el hombre del abrigo, sin volver el rostro, extiende su brazo y apunta con un par de dedos hacia el vidrio roto y la leche vertida. De pronto la entropía retrocede y reacomoda el tiempo pasado de aquel vaso, como si devolviéramos un video. Restablece la integridad a lo roto, pero no a tu conciencia. Te das cuenta que lo hizo, así nomás, con sus manos, como si fuera Dios creando el cosmos. Pero él, arrastra la silla sin hacer ruido, para levantarse e irse. Ves que no ha consumido nada y que la barra del café está libre.

Pruebas a mover el brazo y das un sorbo, desafiando la parálisis que creías se iba a apoderar de tu cuerpo. Pero ya lo tienes frente a ti. Pasa rápidamente a un lado, en el momento justo que la cafeína golpea suavemente tu paladar, y la taza bloquea el giro de tu rostro. ¿Coincidencia? Va, ni si quisieras haces el esfuerzo por voltear a ver quién diablos es aquel fantoche. Ni las manos, ni los dedos, ninguna seña, salvo su antagónica semejanza contigo. Y ahí está, como magia, enfrente de ti, un sobre. “Para el señor Muñoz, detective arqueológico”, escrito con letra y tinta anticuada. Y sí: sellada con cera, bajo la letra M. Quieres moverte, perseguirlo, pero no puedes ponerte de pie o no quieres hacerlo… ¿entiendes? Ambas explicaciones parecidas para dos universos posibles, ante la evidencia de quedarte como una piedra pesada.

Posted at en 2:37 on jueves, 25 de octubre de 2007 by Publicado por Gametech | 0 comentarios | Filed under:

Gametech

Gametech es una novela que he venido escribiendo desde 1998, pero la investigación, al igual que otros proyectos, me han impedido culminarla; sin embargo, ya estoy cerca. Espero que el blog me ayude a tomar más velocidad y escribir, de perdida, un episodio diario. También confío que usted, amable y atento, se interese por el tema o me sugiera algunos detalles o correcciones.
Este libro mezcla distintos personajes y periodos históricos, fusionando elementos del manga y anime. Por ello, no les extrañe ver a Francisco de Quevedo partiendo en dos a un zombie, o a Yukio Mishima combatiendo contra una horda de autómatas. Formalmente, esta novela estará integrada por 3 partes, cada uno con un promedio que va de las 130 cuartillas a las 180. Publicaré un episodio por post, a sabiendas que cada capítulo está compuesto por 14 ó más episodios. Cada libro está compuesto por 8 capítulos, aproximadamente. Espero les agrade.

Posted at en 2:26 on by Publicado por Gametech | 0 comentarios | Filed under: